miércoles, 12 de enero de 2011

El Ajedrez de Felipe

El Ajedrez de Felipe

por: Gunther Hasselkus

Nuestro honorable presidente es un ferviente adorador del ajedrez que nos quede claro, sólamente que no tomó clases ni con Karpov ni Kasparov. El "GRAN" Felipe, también conocido como Felipe I (Y.. esperamos último) nuevamente movió sus piezas... Incapacitado por seleccionar bien sus alfiles, agarró puro peón para resolver asuntos que le conciernen a la reina...

Sus peones, (todos ITAMITAS), primeramente generan suspicacia y el término "nepotismo" me viene a la mente, con el perdón y respeto que me merece el ITAM persé...

¿En verdad cree monseñor Calderón que el Secretario de Comunicaciones y Transportes puede ser ahora de Energía o viceversa? Vaya descaro, ciertamente las labores financieras o administrativas se pueden desarrollar en diferentes giros , sin embargo y nuevamente con el respeto que me merecen, nadie es plurifuncional, ni un economista, ni mucho menos un financiero... ¿Dónde están los verdaderos especialistas? Sí, esos que con pasión sobre un tema le dan prioridad a su trabajo sobre una designación o la mismísima cuenta de cheques en Suiza.

Durante cinco años hemos presenciado un lodazal de nominaciones, una insulsa reacción federal con respuestas fáciles ante un mar de necesidades infranqueables... Sin embargo, espero que les haya quedado claro a todos ustedes que cuando FECAL esgrime con frases como "Estamos orgullosos de la labor que hicieron, me han solicitado por razones privadas no continuar con su labor", ustedes entiendan que cada persona tiene sus propios objetivos en la vida, y el acontecer nacional pasa a segundo plazo, habrá que entender que en lo que dice Calderón no hay ápice de falsedad, sino mera diplomacia, jamás osen pensar en esa despótica palabra llamada hipocresía....

Y así seguiremos viendo como la estafeta sigue pasándose entre los miembros de un gabinete sin que alguien definitivamente resuelva lo que es significativo, es decir los problemas... Ciertamente todos entregarán números sanos, no habrá tintes escarlatas en ellos, pero el rumbo del país?

La pregunta es, ¿De qué sirve administrar bien el patrimonio si no hay creatividad, ambición y carácter para utilizar los recursos por el bien del país? Disculpen, Molinar Horcasitas ya me dio la respuesta...