miércoles, 20 de enero de 2010

Pandemonio Asistencial en Puerto Príncipe


Pandemonio Asistencial en Puerto Príncipe


www.desdelaizquierda.org

Escrito por Gunther Hasselkus Miércoles, 20 de Enero de 2010 00:35

Implacable ha sido el temblor en tierras haitíanas eso es indudable, destacada la movilización social mundial eso es irrevocable, sin embargo, también altamente cuestionable tanto la demagogia como el proselitismo político internacional que impera en torno a ello.

Escuchar en voces destacadas del medio periodístico internacional una pertinaz crítica a la presencia de las tropas estadounidenses es ya un cliché sistemático cualquiera que sea la ocasión política, desde intervenciones por guerrillas hasta desastres naturales como el actual.

Múltiples medios han desbocado con ansia vengativa interminables cuestionamientos al mandato de Obama, tornándose en artilugio ostentoso y mal intencionado de muchos otros. Por ello, es imprescindible someter bajo un juicio sensato los dividendos de la reciente atrocidad en Puerto Príncipe.

Sentir remordimiento y culpa mundial por lo acontecido en Haití es más que lógico y evidente tomando en consideración que el sistema económico mundial actual, y la desidia humanitaria internacional, han olvidado por completo a la nación caribeña postrándola en el colofón estadístico económico de Latinoamérica.

Y ahora justo en medio del caos por la destrucción de sus inestables cimientos y por la catastrófica cantidad de decesos en Puerto Príncipe, es que la comunidad internacional ha decidido enviar condolencias y ayuda alimenticia a una empobrecida nación arruinada desde antaño no sólo por erupciones volcánicas, huracanes sismos o guerras civiles; sino por el desfalco empresarial, la negligencia de sus gobiernos aunado al siempre existente mutis mundial.

Ahora no faltan las severas críticas de Francia y del mundo entero ante la intervención estadounidense cuando en realidad es evidente que los cascos azules de la ONU son insuficientes, y no se puede pretender lanzar alimentos desde las alturas con semejante desfalco esperanzados en que la comida se reparta equitativa y apropiadamente en personas cuya hambruna data de quizá semanas anteriores al siniestro...

Siendo objetivos, es indiscutible que, en primera instancia, lo éticamente correcto -y ciertamente práctico- era enviar inmediatamente ayuda médica y asistencial a la nación, posteriormente imponer orden en un estado manchado de severa inestabilidad en todos sus rubros, para finalmente repartir la ayuda internacional con mayores alcances y consecuente logística.

Sin embargo, el precedente fue distinto, ahora la rapiña es constante y la ayuda por antonomasia no es ayuda, sino un pandemonio de víveres que han provocado irónicamente mayores conflictos.

Y es que si bien es cierto que Estados Unidos no es “alma caritativa” ni mucho menos, y que bien podrían estar usando el desastre caribeño como pretexto para el asentamiento de bases militares para el control de otras islas en un futuro (entiéndase Cuba); la realidad actual demanda aniquilar la anarquía y la psicosis social inmediatamente, se requiere establecer un orden fehaciente que vaya consagrando la ayuda de todas las naciones en hechos y así poder brindar no sólo solidaridad y empatía, sino verdaderas acciones que deriven en establecer mediática armonía en un país completamente devastado.

En un futuro sería interesante considerar ayudar a los países necesitados antes de que ocurran desastres de insospechadas latitudes.

Recordar que si no se puede encauzar la ayuda, es absurdo exhortar por ella.

sábado, 9 de enero de 2010

"Perdone joven, lo molesto con sus $30 pesos..."

www.desdelaizquierda.org
Por: Gunther Hasselkus
“Perdone joven, lo molesto con sus $30 pesos...”

Sí, en realidad si me molesta...

Aberrante, desquiciante e incomprensible es saberse maniatado por clanes del crimen organizado que nunca pagan las consecuencias. No es ciertamente necesario e imprescindible acribillar a un inocente por un secuestro para ser considerado miembro de un clan delictivo en el mundo y por ende en la Ciudad de México; único requisito para otorgar dicho galardón, es simplemente atentar de manera colectiva y organizada contra los derechos y libertades de un ciudadano contradiciendo estatutos de la ley correspondiente, ¿O no?
(Qué tengamos una perspectiva distinta del término “crimen organizado “ por acuñarlo pertinazmente al otros delitos como el secuestro,robo o narcotráfico es meramente motivo de su gravedad y publicidad...) No obstante, existen muchos otros grupos de mafias que soslayan la supuesta inquebrantable ley que dice ampararnos a todos los mexicanos...

En esta ocasión quiero remitir mis acusaciones a una situación recalcitrante que todos los días sin excepción, afecta a miles de conductores en la ciudad de México. Si leyeron el título, quizá dicha frase retumbe en su memoria como adagio de mis próximas palabras...

Cierto, mi queja se encumbra en el horizonte de los aclamados “viene, viene”, esos personajes incompetentes, rastreros, prepotentes que en antaño solían pedir unas cuántas monedas por la supuesta salvaguarda del automóvil cuando usted regresaba plácidamente de algún compromiso. Ahora los bautizados “viene viene” han incrementado su patrimonio, y se dicen dueños absolutos de los lugares que resguardan, claro está sin siquiera haberse estacionado el automóvil aún. ..

Unas cuantas cubetas, llantas, estropajos o su misma e inmunda presencia son suficientes para atemorizar a una sociedad que me parece desconoce sus derechos y libertades. Claro está que vivimos en una comunidad cimbrada por el miedo a la inseguridad, el robo y sus consecuencias... Sin embargo, mi pregunta radica en saber si... ¿La exigencia por una “tarifa” por estacionarse en un lugar absolutamente público y viable no es un robo desconsiderado? También me pregunto si...¿Apartar con mafiosa alevosía las calles y zonas de la ciudad de México no es una privación de la libertad vehicular?
(Como si existieran suficientes estacionamientos públicos verdad señor Ebrard...)

En conclusión, es con evidencia un robo del cual hemos sido presa fácilmente,un delito que seguimos incrementando dia a día para favorecer clanes de personas que han visto un nicho económico a expensas del miedo, la monotonía y la medianía de nuestra sumisa sociedad. Somos víctimas de nuestras propias decisiones y de la creación de redes delictivas coercitivas y pútridas que controlan nuestro dinero, espacio y tiempo...

Exhorto a quien amablemente lea las presentes líneas, a no temer estacionar su coche dónde pueda y quiera, amablemente pedirle al afable “viene viene” una copia de su contrato de propiedad que de legitimidad a su prepotencia, o bien buscar a la autoridad incompetente para el menos amedrentar módicamente su arrogancia... Empezar a realizar la tarea de exhibir públicamente nuestra necesidad por erradicar dichas mafias y consagrar una sociedad servil hacia los demás, colaborar copiosamente en la disminución del poder de aquellas mafias y recobrar las calles que alguna vez fueron nuestras y que legalmente lo son...
¿O será que los “viene viene” son aquellos promisorios empleos que ha creado nuestro encomiable ejecutivo federal? Si alguien puede confirmarlo favor de avisarme...

Recuerden bien aquella frase que con hermosa y cabal elocuencia nos dice...
“El valiente existe hasta que el cobarde lo permite...”

Escrito por: Gunther Hasselkus
Enero de 2010