Sueños de Siete Mares
Ensimismado en un letárgico día de otoño, el cielo despejado y la hojarasca deambula inconsciente en los pasajes de mi universidad, las canciones en un mismo tono y desenfadadas colman mi mente de paz y rictus de parsimonia.
Extraño tanto, melancólico persé, recuerdos de infatigables usanzas, de heroicas hazañas, de tristes noches en solitud.
Sueños y letanía, ¿Cómo podrían estar lado a lado? Un sueño se vuelve letanía cuando no se alcanza, no se despierta, cuando el tiempo detiene la esperanza y en fracasos se enfrasca.
Dudas y depresiones, un mar de amplitud incomensurable, de cadenas ensangrentadas por los inviernos de lares de distintas latitudes de años de emociones y gratitudes.
Catatónico permanezco ante el revuelo de mi memoria, en un capullo protegido por corazas de pequeños sueños alcanzables y oculto en desarrollo por aquellos, los sueños de siete mares, de trascendencia, gloria y realidades...
domingo, 17 de octubre de 2010
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