martes, 17 de noviembre de 2009

La Tenencia excluye a la Constitución

La Tenencia Excluye a la Constitución

- Prácticamente todos los mexicanos hemos sido vulnerados desde 1967 por un impuesto inconcebible cuyo motivo sustancial fue destinar parte de nuestros recursos a la logística y desarrollo de las Olimpiadas, que tuvieron lugar en la Ciudad de México en 1968.

Tal proporción fue y es tomada a través de un impuesto agraviado anual sobre la posesión de nuestro automóvil, con una cuota estandarizada acorde a la marca, costo y año del vehículo.

Han pasado más de cuarenta años y dicho impuesto no ha sido más que un útil caudal para generar recursos cuyo destino es tan incierto como aterrador, un verdadero insulto a la ciudadanía y su bolsillo.

Gobiernos tricolores han desfilado y el impuesto no ha sido erradicado, tampoco el gobierno conservador de extrema derecha ha sido capaz de impedir el atraco y aun peor lo han incentivado.

En el año de 2006 se realizó un convenio nefasto que daría pauta a la creación de un dúo dinámico cruento y hóstil para una recaudación más eficiente de tal impuesto y así someter a quienes con todo derecho prescindían de pagar tal absurdo.

La manera más eficaz para tales efectos, fue el vincular con sumo desdén el pago de la tenencia con el permiso para la verificación vehicular ya que así amenazarían a todo conudctor de pagar ambas o no circular; un rasgo ininteligible de la prepotencia del sexenio pasado bajo la cobarde complicidad del actual.

No obstante, todos ingenuamente creímos que las propuestas del candidato blanquiazul en pro de la eliminación de la tenencia serían finalmente plausibles y concretadas durante su mandato, sin embargo tal premisa ha sido nuevamente una grave atrocidad demagógica que adhiere reticencia al discurso político de siempre.

Sin embargo, gobiernos como el de Querétaro lograron darle coherencia a sus propuestas y durante el presente año se dictaminó eliminar el cargo por la tenencia para todos los automovilistas del estado; situación que puso en alerta nuevamente la veracidad de las palabras de presidente Calderón, quien incogruente sentenció tal resolución por considerarla un atropello económico cuando él mismo fue quien levantó la mano para erradicar el impuesto en 2006.

Pero lo peor está por llegar, mejor dicho ya llegó... Recientemente la Suprema Corte de Justicia decretó inconstitucional el vínculo directo del pago de la Tenencia con el permiso para la verificación vehícular, considerándolo un hecho absurdo que calificó casi de inverosímil.
Lo penoso de tal resolución, no es evidentemente que haya sido declarado inconstitucional, sino que nunca fue considerado previo a las diversas quejas y amparos de ciudadanos cuyo hastío rebasó la insospechada calumnia de nuestros gobernantes.

Lo penoso, tampoco es saber que ahora el amparo nos libraría del pago de tal impuesto y que desde luego no necesitaríamos pagar la tenencia para poder verificar; sino que aún siendo declarado inconsitucional, la Superema Corte de Justicia en lugar de abrogar nacionalmente dicho impuesto, establezca que sólo procederá para quienes apelen e inicien un juicio personalizado en contra de tan mencionado cargo.

Entonces se infiere no sólo un estrecho acuerdo entre la Suprema Corte de Justicia con el pago de tenencia, sino un desleal e insólito agravio contra la población en su totalidad, pues es justo y necesario que siendo considerado inconstitucional se abrogue por completo y no tengamos que ser amendrentados con la descarada idea de que casi ningún mexicano iniciará un juicio de amparo contra el pago de tenencia por ser mucho más costoso que el hecho de pagar la tenencia misma.

Concluyo y exhorto a todos a no permitir nuevamente un funesto acuerdo que satiriza a los mexicanos,que se mofa de todos nosotros con pertinaz bajeza pues rehuyo a la idea de conformarme con un país dónde no tenemos amparo bajo ninguna carta magna, y la que tenemos además de tener múltiples enmendaduras coercitivas sobre su población, es de un cristal frágil y repleto de fracturas por esos mismos que dicen defenderla.

Por: Gunther Adolfo Hasselkus Sánchez